viernes, 6 de marzo de 2015

«Bajo el rojo sangre de la luna» de Mina Hepsen

Hoy vengo a hablar del típico libro romántico en el que las personas tienen un amor difícil por cuestiones del destino.

Nos situamos en pleno siglo XIX, Angélica Belanov vive con su hermano Mijail en Londres. Son huérfanos a causa de un accidente que mató a sus padres, su tía se encarga de realizarles visitas de vez en cuando y de acompañar a su sobrina a actos públicos. Angélica tiene la capacidad especial de escuchar los pensamientos de todo aquel que está cerca suya, de manera que se le hace imposible estar rodeada de mucha gente. A causa de esta cualidad, no quiere casarse ya que se ve como un bicho raro, aparte de que saber que el hombre que tienes delante sólo piensa en las cosas que te quiere hacer no da lugar a ninguna confianza. Cabe resaltar que Angélica no es el tipo de chica que se esperaba en esa época, su tía la llama grosera y descarada en algunas ocasiones. Tiene una gran afición por la lectura que deja ver a lo largo de la historia soltando fragmentos de sus novelas preferidas.

Por otro lado, se encuentran un grupo de personajes vampiros, los cuales están centrados en la búsqueda de uno de los suyos que se ha convertido en un asesino en serie y hay que pararle antes de que se descubra la existencia de estos seres. En este grupo, nos encontramos con Alexander, el flamante protagonista masculino de esta novela. 

Alexander y Angélica se conocen en un baile pero no llegan a hablar. Cuando mantienen su primera conversación, Alexander la enseña a bloquear su mente para evitar llenarla de pensamientos de los demás. Aquí da comienzo la historia de amor. Angélica primero se siente agradecida, pero se siente cada vez más atraída por el halo de misterio que rodea a Alexander. 

Poco a poco, se van enamorando el uno del otro, hasta que Angélica descubre la verdadera identidad de Alexander y se convierte en su protegida. A partir de aquí, sus encuentros se volverán poco a poco más sensuales. Con el problema de que Angélica debe encontrar marido para evitar que ella y su hermano caigan en la quiebra.

Junto con el desarrollo de la historia de amor se lleva a cabo la investigación del asesino en serie. Además de la búsqueda del marido perfecto por parte de Angélica ya que no cree que Alexander la quiera.

Debo decir que el libro me ha gustado, aunque es demasiado corto para mi gusto. Las tramas pueden darse más de sí ya que hay escenas contadas entre Angélica y Alexander y, personalmente adoro las novelas románticas con muchas escenas de amor. Es una historia fácil y rápida de leer que recomiendo a aquellas personas que no estén hartas del amor entre vampiros y humanos y busquen alguna historia romántica que se puedan leer en poco tiempo.

A continuación os traigo algunos fragmentos del libro que me han gustado:

"-¿Qué crees que desean todas las mujeres?
Ante su deliberado silencio, Angélica continuó:
-Amor.
-Sí, claro-dijo Alexander con ironía. Había estado pensando en dinero, joyas y atención.
Angélica no tomó en cuenta su respuesta.
-Precisamente, ¿y qué es el amor? La mayoría lo ve como algo inaprensible que irradia un miembro del sexo opuesto y a lo que se aferra con todas sus fuerzas.
-Presumo que tú lo ves de manera diferente-dijo Alexander, sorprendido al darse cuenta de que estaba interesado por sus poco convencionales ideas.
-En mi opinión, el amor es la emoción que se siente al conocer a alguien que hace que te sientas como quieres ser. Sentimos amor por alguien que nos muestra la luz, que nos empuja para que nos convirtamos en lo que siempre hemos querido ser y nunca nos habíamos dado cuenta. Amamos a la persona que nos hace querernos a nosotros mismos.
-O sea que no podemos amar a nadie si antes no nos amamos a nosotros mismos-dijo Alexander.
-Exactamente-dijo Angélica sonriendo.
Alexander se acercó y le satisfizo ver que ella retrocedía un paso.
-¿Y cómo te explicas que, sin apenas conocernos, mi deseo más profundo sea besarte hasta vaciar tu cabeza de pensamientos?"

"-¿Lo has pasado bien?
Angélica se sorprendió por la pregunta, formulada en voz baja.
-¿Por qué no iba a hacerlo?-respondió, irritada porque él actuara de aquella forma.
¿Dónde estaba el hombre frío al que se había acostumbrado?
-Quizá has estado pensando en mí."

"-¿Así que piensa, princesa Belanov? ¿Se ha convertido el pensamiento en su afición, después del piano?-dijo maliciosamente, olvidando el sentido del humor. Los invitados callaron al ver que el ambiente se cargaba.
Alexander se pudo rígido, pero Angélica continuó.
-Vamos, vamos, Lord Jeffrey. Creo que fue también Ralph Waldo Emerson quien escribió que los hombres pierden el control al defender sus gustos. Es obvio que las mujeres que le gustan no suelen pensar mucho, pero no hay necesidad de ponerse nervioso porque yo no pertenezca a ese grupo."